Historia

Historia

Tal y como se dice en el Decreto de declaración del Paisage Protegido de la Sierra de Bèrnia y Ferrer (Decreto 103/2006 del 14 de julio, del Consell), a las características geomorfológicas y ambientales de esta sierra, se une una prolongada historia de ocupación humana. Por tanto, esta larga historia de ocupación humana es una de las causas de la elección de Paisaje Protegido como la mejor figura de protección para la Sierra de Bèrnia y Ferrer.

Los vestigios más antiguos conocidos en esta sierra son las pinturas rupestres de la Peña de l’Ermita del Vicari, situada en la solana de Bèrnia, en el término municipal de Altea. Este yacimiento se ubica, más concretamente, al pie de las grandes crestas que caracterizan esta sierra, a unos 850 metros de altitud, y se trata de un abrigo de unos 15 metros de longitud donde hay una serie de pinturas rupestres, englobadas dentro del arte rupestre esquemático. Estas pinturas datan de la época neolítica. De esta misma época son las pinturas rupestres encontrada en la Cova de ses Lletres, en la localidad de Tàrbena, ya en la umbría de la Sierra del Ferrer. También se encuentran pinturas rupestres en las cercanías de Pinos, en el término municipal de Benissa, todavía dentro del Paisaje Protegido, perteneciendo estas últimas al arte rupestre levantino. Todos estos vestigios nos indican una temprana ocupación humana de estas sierras.

Pinturas rupestres en el abrigo de Pinos

Durante épocas posteriores continuó esta ocupación. Es muy probable que todas las civilizaciones que van pasando encuentren en estas montañas un lugar de obtención de recursos e, incluso, de refugio en algunos casos. En época musulmana toda la montaña de la Marina fue una zona importante de ocupación. Así, en la cumbre de Bèrnia existía una torre que se cree que data de esta época, la conocida como Torre de Bèrnia, que tendría una función de vigilancia y control.

Este carácter geoestratégico de la sierra continuó en siglos posteriores y, en el s. XVI, se construyó un fuerte en las laderas de la sierra. Concretamente se levantó en 1562 en la cara sur, a unos 800 metros de altitud, y en la parte de Callosa d’en Sarrià. El objetivo era el de controlar gran parte del litoral y del interior de la zona para evitar sublevaciones de los moriscos, puesto que en épocas anteriores ya habían encontrado refugio en la Serra de Bèrnia para evitar, por ejemplo, su bautismo forzoso. Además, existía un temor a la ocupación de esta zona por corsarios otomanos, por lo que el fuerte también podía actuar como refugio para la población cristiana si fuese necesario. Todo ello llevó a Felipe II a encargar la construcción de este fuerte, conocido como el Fuerte de Bèrnia, al arquitecto italiano Juan Bautista Antonelli. El edificio era de planta rectangular, con un patio en el centro y pegadas a los lados habitaciones en dos plantas También se contaba con una iglesia. En las cuatro esquinas habían baluartes de forma triangular y todo el recinto estaba rodeado de un foso. Sin embargo, la vida de esta fortaleza fue corta, ya que tras la expulsión de los moriscos fue derribado en 1612 por orden de Felipe III, aunque hoy en día todavía se pueden contemplar sus restos.

De época más reciente son muchas de las muestras de ocupación de la Serra de Bèrnia i Ferrer, de su explotación agrícola y ganadera. La más abundante y evidente son los abancalamientos, que ya iniciaron los moriscos, pero que alcanzan su máxima extensión en el s.XVIII. El aumento de la población está detrás de la construcción de muchos de estos bancales, que se expanden ladera hacia arriba, incluso en espacios escarpados. Gran parte de estos bancales servían para cultivar viñas, pero con la llegada de la enfermedad llamada filoxera, que atacó a la viña, se van abandonando estas terrazas. También quedan restos de corrales, antiguas casas, abrigos para guardar al ganado, etc. que muestran la explotación ganadera de estas montañas en siglos recientes y que se extienden por todo el Paisaje Protegido. Otros vestigios del aprovechamiento de recursos de esta sierra por parte del ser humano son las numerosas fuentes que existen en estas montañas e incluso el caso de una nevera de nieve en la parte alta de la umbría, seguramente construida en el s.XVIII.

Aljibe asociado a una casa

 

Corral en Casas de Bèrnia
Fuente de Bèrnia