El Camí dels Pelegrins de les Useres - Historia

El Camí dels Pelegrins de les Useres - Historia

CAMÍ DE LES USERES A SANT MIQUEL DE LES TORROCELLES (LLUCENA), XODOS I SANT JOAN DE PENYAGOLOSA (VISTABELLA).

 

Se trata de un camino muy antiguo, que caminaban monjes y comerciantes, ermitaños, peregrinos y guerrilleros, cazadores y buscadores de fortuna. Actualmente, es frecuentado por senderista, aficionados a deportes como la bicicleta de montaña, la hípica, y, todavía, por los peregrinos de les Useres y los de la rogativa de Xodos. Podríamos decir que los viejos campesinos que vivían y trabajaban las tierras a lo largo del trazado de esta, así  como también los pastores de ovejas y cabras, han desaparecido casi todos. Pero aún quedan vestigios de su presencia, prueba de ello es la gran cantidad de masías, fuentes, abrevaderos y corrales que a pesar de su ruinoso estado, hacen al visitante transportarse a otras épocas.

El camino recibe diversas denominaciones. Se conoce como el GR-33, que sube desde Castellón hasta el Penyagolosa y enlaza, justo en el santuario de “Sant Joan”, con el GR-7 que viene de Agadir y de Andalucía y se dirige hasta Delfos, en Grecia y otras ramas de Europa Central.

Es también el “camí de les Torrocelles”, ermitorio fortificado que junto al castillo de Atzeneta (Castellar), guardaban la frontera entre los dominios feudales de los Señores de Urrea de l'Alcalatén y Condes de Aranda, por una parte, y los Templarios primero, y los “Montesians” después, señores de la “setena de Culla” y, en conseqüencia, del pueblo d'Atzeneta.

También es conocido como el “camí de Xodos”, por donde caminaban los curas de la parroquia de les Useres, cuando era sufragania de esta, ya que al amparo de la pequeña iglesia vivían tan solo un puñado de guerreros medievales que guardaban, desde la atalaya de su castillo, que no se hiciesen incursiones por parte de los “Montesians de Vilafamés”.

Es el camino del Santuario de “Sant Joan de Penyagolosa”, uno de los lugares sagrados de las tierras valencianas,

Es el camino “dels frares hospitalers de Sant Joan de Jerusalem”, que subían de la costa mediterránea, desde València y la iglesia del Hospital, el convento de monjas “santojoanistes”, o “l'encomanda de Torrent”. Camino que, en su llegada a “Sant Joan”, era como estar en casa, porque constituía la puerta de sus posesiones en Aragón, y donde tenían un buen hospedaje, incluso tenían el cáliz de la gloria en el corazón de la capilla para hacer sus ruegos de medianoche, cuando en invierno el frio y encogía el cuerpo. Solo hay que contemplar la silueta de la cruz de Malta que reproduce a la antigua de muchos siglos, que marca el comienzo del recinto sagrado, o la gravada, discretamente pero con líneas firmes, en el escudo que hay sobre el linde de una de las ventanas que dan a la “Font Coberta”.

Es el camino de la “Lluna plena de Gener”, del Centro Excursionista de Castellón, porque puede conducirnos de una manera placentera o arriesgadamente, según el tiempo que haga, desde la capital de la Plana hasta les “Useres”, por el camino de la costa, que sube por “Borriol”, toca a penas el “ermitori de Sant Vicent” y asciende la sierra entre estos pueblos y “Vilafamés”, pasa por la balsa de “les Oronetes” y baja hasta atravesar la barranco por el “Formany” y remonta el último repecho por el camino de la “Roca del Colom”, al lado del barranco del “Molinar”.     

Es el camino de la “Marató i Mitja”, denominado así por el esfuerzo físico que requiere la prueba. Planteado como un reto de superación para los amantes de la montaña y del deporte.

Finalmente, es el “camí dels Pelegrins”, camino iniciático por antonomasia, tal vez el único de las tierras valencianas, de ida y vuelta, “pero habiendo cambiado la consideración esencial de la persona que lo recorre, que renueva al hombre interior que quiere sentirse hermano de sus compañeros y de los vecinos con los que comparte su vida, en un ritual ancestral de fe y penitencia, de esperanza y consuelo mutuo, solidario y de caridad, que ruega por las necesidades de los hombres y no por los pecados, como correspondía a los tiempos en que comenzó a existir”.

Muchos estudiosos la remontan hasta el siglo XIV puesto que existen documentos escritos que atestiguan sobre esta y que datan de inicios del XVI. Nacida, por tanto, en la época medieval esta peregrinación tiene como finalidad pedirle a Dios salud, paz y lluvia del cielo -da nobis salutem et pacem, et pluviam de caeli- para aliviar a estas tierras de la peste, las guerras y la sequía que por entonces serían frecuentes.

Es esta una tradición muy arraigada en la comarca y que sigue un meticuloso y calculado procedimiento, el cual tiene establecidos de forma secuencial, precisa y ordenada cada una de sus celebraciones, descansos, comidas y actos. La peregrinación se hace en estricto silencio, únicamente acompañada por un grupo de cantores que entonan antiguas melodías tradicionales. Al paso de la procesión, los vecinos barren y adornan la senda de flores y hojas verdes para homenajear a los trece peregrinos y su complejo séquito.

 Así, fieles a esta tradición secular, doce peregrinos y el guía, con todo el personal que conforma esta peregrinación, salen de este pueblo de l'Alcalatén hasta la ermita de Sant Joan de Penyagolosa.

Tres días antes de la salida, el pueblo y los peregrinos se reúnen en el templo parroquial para celebrar el Triduo en el que meditarán sobre diversos aspectos de la vida cristiana.

El día de la peregrinación se celebra a las 6´00 h., la misa llamada “de les càrregues” y, a las 7´00 h., la de los peregrinos. Tras un frugal desayuno se inicia la partida:

Por delante marcharán “les carregues” y el personal de ayuda a la peregrinación (depositario, cocinero, aguador, etc.), les siguen “les promeses”, “el peregrino guía”, “los 3 cantores” portando una cruz y dos candelabros, “el sacerdote” que lleva siempre consigo una reliquia de S. Juan Bautista, “los 3 clavaris”, “el representante del ayuntamiento” y, finalmente, “el guía” y “los 12 peregrinos”, que marchan en silencio durante toda la peregrinación.

En su sinuoso trayecto, atraviesan los términos municipales de Useres, Llucena del Cid, Xodos y Vistabella del Maestrat. Durante la peregrinación y mientras se pasa por los términos municipales y ermitas de los pueblos anteriormente mencionados, se invoca al santo titular de ese lugar. De esa manera, en Les Useres se invoca a San Juan Bautista; cerca de la ermita de San Miquel de les Torroselles perteneciente al término de Llucena, se invoca a San Miguel Arcángel; cuando se va llegando a Xodos, se invoca a San Pedro Apóstol y cerca del santuario de San Joan de Penyagolosa se vuelve a invocar a San Juan Bautista.

Todo el recorrido está prescrito hasta el detalle y registrado en lo que se denomina la “Consueta”, una especie de diario que registra todas las incidencias y observaciones ocurridas en la peregrinación: la hora de llegada a cada lugar; el tipo de comida, formado básicamente por arroz, huevos y bacalao; los lugares de descanso.

En la ermita de Sant Miquel de les Torroselles, los peregrinos celebran la eucaristía, descansan y comen. Tras ascender y descender la “Lloma Bernat”, se llega al municipio de Xodos. Allí se realiza un descanso, en la “Font dels Possos”, para refrescarse tanto hombres como bestias. Por la noche, llegan a San Joan de Penyagolosa. Allí se descalzan, entran en la ermita y se celebra una procesión con la imagen de San Juan Bautista. Después los peregrinos descansan en una habitación desprovista de camastros llamada, “la cova dels pelegrins”, cenan y por la noche rezan con los cantores las completas y el santo rosario. Durante toda la noche del viernes, los peregrinos rezarán en diversos momentos el Via crucis.
 

A la mañana siguiente sobre las 8´00 h, se celebra la misa “de les cárregues” y a las 9´00 h. la de los peregrinos. Después, los peregrinos se trasladan la sacristía del santuario, donde tiene lugar uno de los actos más secretos de la peregrinación. “La ceremonia del Perdón”, cuyo contenido está absolutamente prohibido desvelar por ninguno de los allí presentes. Hacia las 11´00 h. se desayuna y se come. Para emprender la marcha camino de vuelta a Les Useres, hacia las 13´00 h.

Llegados a Xodos, y tras un merecido descanso en la fuente del “Arxivello”, los peregrinos se dirigen al templo parroquial para rezar el Regina Caeli, seguido de un responso por los difuntos y se pide al santo apóstol la obtención de aquellas tres gracias.

Se llega a Useres por la noche de forma muy solemne, alrededor de las 21´00. Tras un  descanso, cada peregrino se adentra en la población portando un farol. Se dirigen uno detrás del otro conformando una fila hacia la ermita del Loreto para saludar a la Virgen con el Salve Regina y después van a la ermita del Cristo para darle gracias, aquí también rezan el Salve Regina y el responso por los difuntos. La peregrinación finaliza en el templo parroquial, donde los peregrinos invocan de nuevo a la Virgen María, se hace un último rezo por los difuntos y por la obtención de las tres gracias.

 Además de su sentido religioso y místico, el camino ha servido como vía de comunicación comarcal desde antaño. Por este motivo, en algunos tramos coincide con distintas vías pecuarias y es posible encontrar a lo largo del recorrido diversos yacimientos arqueológicos, masías, ermitas, castillos, fuentes y cruceros (peirós). Todo ello supone un importante patrimonio arqueológico, arquitectónico, cultural y etnológico, vinculado al propio camino.

 

pelegrins a Xodos

 

pelegrins a la LLoma de la Creu

 

Clavaris

 

descans

 

descans a Torrocelles

 

càrrega

 

parada al pi

 

Cantors

 

fent un glop

 

clavaris

 

pelegri a Sant Joan

 

cantors

 

Piló de la Creu