20200910_Lledoner-Basso_Trencament - El CIEF colabora con el Ayuntamiento de Bétera para salvar el Lledoner del Bassó - CIEF

El equipo de Patrimonio Arbóreo del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF), de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, colabora con el Ayuntamiento de Bétera para salvar el Lledoner (almez) del Bassó, situado en el casco urbano de la población, en el parque de Sant Carles. Este ejemplar centenario, incluido en el Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares de de la Comunitat Valenciana, sufrió una grave rotura el pasado jueves que originó el desprendimiento de una buena parte.

Como primera acción los especialistas del CIEF han realizado una poda importante de la copa del árbol, que ha reducido su altura y el vuelo a la calle, con el objetivo que la parte que se ha mantenido de pie no se desequilibre y pueda soportar su propio peso. En las próximas semanas el equipo de Patrimonio Arbóreo seguirá colaborando con el municipio en el estudio y ejecución de nuevas acciones de conservación, con el apoyo técnico y material que sea necesario.

El almez (Celtis australis) de Bétera presentaba un tronco muy dividido, posiblemente de antiguos rebrotes. Con el tiempo el peso de las enormes ramas había producido grietas que habían debilitado progresivamente la estructura. Este hecho y otras circunstancias añadidas, como la acción de hongos y las oscilaciones térmicas extremas del mes de agosto, han precipitado la caída.

El Lledoner del Bassó es un ejemplar muy querido por la población de Bétera, ya que por la situación donde se encuentra tiene mucha visibilidad. Se trata del tercer árbol de su especie con mayor perímetro de tronco del territorio valenciano, protegido de manera genérica por la Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunitat Valenciana. Se cree que este ejemplar de 18m de altura y 26m de diámetro mayor de la copa se plantó alrededor del 1900 muy cerca de una masía adyacente, al lado de una balsa que ya no existe. Los antiguos huertos han dado paso a nuevas construcciones residenciales y el monumental árbol ha quedado como testimonio de un tiempo pasado. Por su simbolismo y para conservar su memoria física, el Ayuntamiento ha decidido que la parte caída permanezca en su sitio.