Fauna

Fauna

La Serra de Bèrnia i Ferrer alberga una elevada biodiversidad faunística, sustentada principalmente en la riqueza ecológica y geomorfológica existente. No en vano, se trata de un lugar de interés comunitario – LIC. La proximidad al mar, la diversidad de hábitats y microclimas, así como la elevada altitud (más de 1100 metros) unido a una orografía abrupta, son los principales factores que hacen de la Serra de Bèrnia un punto de especial concentración de biodiversidad.

 

Dentro de esta riqueza animal, el grupo que está más ampliamente representado es el de las aves, de hecho, la Serra de Bèrnia está incluida en la Zona de Especial Protección para las Aves – ZEPA “Muntanyes de la Marina. No obstante, también destaca la presencia de una variada comunidad de mamíferos, ofidios e insectos, entre otros, que encuentran en esta sierra un hábitat propicio y refugio en el amenazado ecosistema litoral mediterráneo.

 

En lo que se refiere a las aves, los grupos más destacados son:

 

  • Aves forestales: como el petirrojo europeo, presente especialmente durante la invernada, los bien conocidos carbonero común, herrerillo capuchino y pinzón vulgar; el agateador europeo, que lo encontraremos a menudo recorriendo los troncos de los pinos, el pequeño e inquieto carbonero garrapinos, el mosquitero papialbo, o el serín verdecillo, entre otros.

  • Aves de vegetación arbustiva mediterránea: aquí se pueden observar con frecuencia pequeños paseriformes, como diferentes especies de currucas (capitotada, cabecinegra, rabilarga, etc.), siempre esquivas y a menudo más fáciles de oír que de observar, así como la confiada tarabilla común y colirojo tizón, el colorido jilguero europeo, la perdiz común, diferentes especies de zorzales, la estival collalba rubia, el escribano soteño y montesino, pardillo común, etc.

  • Aves rupícolas, especies que habitan en rocas, acantilados, roquedos o cortados: aquí es fácil encontrarse volando entre roquedos con la elegante collalba negra y el roquero solitario, y ya en las cotas más altas y en las paredes más abruptas, los inconfundibles grupos de chova piquirroja que, gracias a su potente reclamo que resuena en las alturas, no pasan desapercibidas. Además, podremos observar al avión roquero, la única de las especies de aviones que no tiene un comportamiento migratorio. En invierno hace presencia el acentor alpino, que encuentra refugio en las cimas, mientras que en periodo reproductor y migratorio (primavera-verano) podemos observar el impresionante vencejo real, el mayor de los vencejos, además de otras especies de vencejos (pálido y común), golondrinas (común y dáurica) y el avión común.

  • Aves rapaces: destaca la amenazada águila-azor perdicera, que cría en los cortados rocosos de la sierra, además del halcón peregrino, el cernícalo vulgar, y, en los meses estivales llegando desde África, la culebrera europea. Respecto a las rapaces nocturnas, podemos escuchar el canto del cárabo o el mochuelo, entre otras.

  • También podemos encontrarnos con otras aves destacadas de la sierra, como los cuervos, el tuercecuello euroasiático, el chochín paleártico, el jilguero lugano, la abubilla común y la paloma torcaz, entre otras. Además, si tenemos suerte, veremos alguna que otra “rareza” que se deje ver durante los periodos migratorios o dispersivos.

 

Respecto al grupo de los mamíferos, la Serra de Bèrnia es hogar de una fauna típica de los ecosistemas mediterráneos litorales, como es el jabalí, el zorro rojo, la ardilla, el tejón, la gineta, el erizo o la garduña, así como una importante comunidad de murciélagos, entre otras especies.

 

También cabe destacar una variada comunidad de insectos polinizadores y reptiles, que tendrán su periodo de mayor actividad durante los meses primaverales y estivales.