Geología

Geología

La sierra de Bèrnia y Ferrer forman parte del sistema bético, concretamente del sector prebético, como el resto de montañas del norte de Alicante. El origen de estas montañas se remonta a hace millones de años, cuando la colisión de las placas africana y euroasiática produjo plegamientos y fracturas de la corteza terrestre (formando, entre otras cadenas montañosas, los Pirineos, los Alpes o el sistema Bético) en la llamada orogenia alpina. Los sedimentos que durante millones de años se habían depositado en un mar poco profundo (Mar de Tethys) emergieron hace unos 15 millones de años para formar estas montañas calizas de la Marina.

La Serra de Bèrnia es un anticlinal de base oligocena-aquitaniense que soporta una estructura cretáceo-eocena deslizada. Hacia el oeste, este anticlinal se cierra y realiza el ensamblaje con la Sierra del Ferrer. Adosado a Bèrnia, pero más al este, encontramos otro anticlinal constituido por la Solana y la Lloma Llarga.

Estas unidades estructurales del prebético meridional alicantino presentan, básicamente, dos tipos de materiales; en la base de los anticlinales aparecen margas, mientras que las cumbres están formadas por calizas de diferentes épocas: Estas rocas calcáreas sedimentarias son de origen orgánico, siendo rocas de acumulación de los restos de caparazones de animales muertos que se acumulaban en el mar.

Este relieve calcáreo está expuesto a numerosos agentes erosivos, como lo pueden ser el agua, el hielo o el viento. Ello acaba de modelar estas montañas, dando lugar a formas kársticas (producidas por la disolución que el agua ejerce sobre la roca caliza) como pueden ser las cuevas, o a la acumulación de derrubios en los canchales, producido, entre otras causas, por la crioclastia o gelifracción (fragmentación de la roca al congelarse el agua entre las grietas). De todos estos agentes erosivos, cabe, pues, destacar el papel del agua. Por una parte, y como se acaba de ver, el agua reacciona con la caliza y la disuelve de manera indirecta. Este proceso se conoce como karstificación y es de gran importancia en el modelado de Bèrnia. Las aguas, tanto las superficiales como las subterráneas, van disolviendo las rocas y creando galerías que dan lugar a cuevas, pero también dan lugar a lapiaces o, incluso, pueden provocar el hundimiento parcial de la superficie generando así dolinas. Por otra parte, otra forma de acción del agua es la conocida como arroyada, que es la escorrentía superficial que se genera cuando llueve de manera muy fuerte o torrencial. El Paisaje Protegido de las Sierras de Bèrnia i Ferrer se ubica en una de las zonas de mayor torrencialidad de la península Ibérica. Así, es común que, sobre todo en otoño, se produzcan lluvias torrenciales que generan flujos superficiales de agua (incluso cascadas que caen por la cresta de Bèrnia) que provocan un gran arrastre de materiales y dan lugar a zonas de acumulación.

Canchal en la parte alta de Bèrnia
Entrada al forat de Bèrnia, una cavidad cárstica

Cambiando de agente erosivo, cabe destacar el papel de la propia vegetación como modelador del terreno, ya que determinadas especies pueden crecer en las grietas de las rocas y ejercen una labor de disgregación.

Acción erosiva de una planta sobre la roca